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El mérito no es de Israel, sino del Señor

»Escuchen, israelitas: ha llegado el momento de que crucen ustedes el Jordán y se lancen a la conquista de naciones más grandes y poderosas que ustedes, y de grandes ciudades rodeadas de murallas muy altas; sus habitantes son grandes y altos como los descendientes del gigante Anac, y ya ustedes conocen el dicho: “¿Quién puede hacer frente a los descendientes del gigante Anac?”

»Ahora pues, deben saber que el Señor su Dios es el que marcha al frente de ustedes, y que es como un fuego devorador que ante ustedes destruirá y humillará a esas naciones. Ustedes los desalojarán y los destruirán en un abrir y cerrar de ojos, tal como el Señor se lo ha prometido.

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